"Bienvenidos a mi blog, que es el vuestro": "Guti".

jueves, 27 de septiembre de 2012


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-¿Quieres decir que hemos hallado parte de nuestro origen?.¿Qué nuestros antepasados huyeron de este hermoso Planeta, para hundir nuestra raza en la más lúgrube oscuridad?. ¿Sabes lo que estas insinuando Brek; ¿que nuestro Directorio ha estado engañando a nuestra raza, durante millones de yaks, "Años" en su beneficio?... ¿Qué sabiendo nuestro origen nos lo han ocultado?. Eso es muy grave Brek. Esta información ha quedado informatizada en las computadoras, al igual que las imágenes. Si logramos regresar a nuestro Planeta, nuestra vida valdrá menos que un tercio. "Moneda corriente en el Planeta Tirsos"

-Mira, aquí tiene la información de la computadora central. Sabes tan bien como yo, que no puede cometer errores.
 
-No puede ser cierto. Tu maquina han pasado los datos de lectura, y el coeficiente de los habitantes de este Planeta es bajísimo. ¿No es posible que estos seres sean hermanos nuestros?. A no ser, que procedan de otra raza menos evolucionada.
 
-También puede haber otra teoría. Pudo existir un cataclismo a nivel del Planeta, y como siempre, pudieron escapar una minoría. Por supuesto y como siempre, los científicos, los poderosos y los legisladores. El resto, pudo quedar abandonado en la catástrofe, y algunos llegar a supervivir. Es solo una teoría, pero puede ser valida. Estos seres llegaron al Punto Cero de su evolución natural, y solo sus genes fueron capaces de adaptarse a este Planeta, tras el posible cataclismo - Comentó lleno de tristeza Brek.
 
-Eso llenaría de vergüenza a nuestro Directorio. Envía de nuevo otra sonda a esos dos seres, y pide información de cómo se trasmiten entre ellos. Tenemos suficiente tiempo para aprender su vocabulario y sus formas de vida.-Demandó Zalkor a Brek.
El joven Brek, hizo las oportunas operaciones para enviar otra nueva sonda destinada al aprendizaje del vocablo de aquellas increíbles criaturas, casi iguales a ellos mismos. De no ser por la diferencia de altura y corpulencia, dirían que estaban en su Planeta.

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-¡Mira Elena!, otro bicho volador como el anterior. Este nos está observando como seres extraños.
-No seas flojo y camina. ¿Quién coño dictaminó que vosotros sois el sexo fuerte?.
-Es que la verdad sea dicha, hace tiempo que no practico ningún deporte, aparte del de la cama y el sofá.
-Siento vergüenza ajena, al tener que darte toda la razón del Mundo. No servís ni para tacos de escopetas de feria.

-Pues nos sigue observando ese aparatito de mierda Elena. ¿De donde habrá salido?.
-Seguramente de una nave extraterrestre, o de ese monumental meteorito.
-¡Por ahí no paso!. Tú y tus películas de terror y alienígenas. Oye Elenita; ¿no estas notando que conforme nos estamos acercando a ese meteoro o lo que sea, va aumentando el calor?.

-Es cierto Robert. Me gusta que comiences a dudar sobre si es un simple meteoro, o algo más. Ya estoy hasta el moño de que me critiques mis gustos sobre cosas raras.
 
Robert le dejó avanzar unos metros para regodearse con la figura de la joven Elena. No solo se fijó en su estrecho talle, sino también en su opulento y espléndido culo. Elena, a sus 20 años, su metro ochenta y unos pectorales de mareo, amén de unas largas piernas acordes con su estatura, estaba más buena que el pan en tiempo de hambre. Mientras admiraba el grácil andar de la joven, inconscientemente la comparó con su novia. Ella, tampoco estaba nada mal, pero nunca discutían. Tenían los mismos gustos en todos los campos, y a decir verdad;  era sosa. ¿Fuè por ese motivo por el cual comenzó el enredo de él y Elena?.  

Una era el día, y la otra la noche. Tampoco la joven Elena estaba muy conforme con sus relaciones. Su novio era un adicto a los gimnasios, un joven agradable de cara, pero terrorífico de cuerpo. Su musculatura se notaba aún con la vestimenta deportiva. Cualquier día se enteraba que él le colocaba el casco de vikingo con su novia, y sus dos metros de altura y sus 100 kilos de peso, podía convertirse en un peligro físico para él. 

¿Qué es lo que vio en él la buenísima de Elena?. Físicamente no estaba mal, pero su altura era una verdadera pena. Con un metro sesenta y cinco y una complexión más bien justita, no se iban a ninguna parte. Elenita, le gastaba la misma broma que su novia, la cual le rebasaba en más de 15 centímetros.
-A ti lo que té pasa, es de que tu aparato... No te ha dejado crecer.
 
-Bueno Robert; ahora me toca a mi. Admirar ese culito tan mono y bien hecho que tienes. A nosotras también nos gusta, ¿Qué te creías?.
- ¡Jóper con las tías!. Nos han igualado y superado.
-¿Qué dices; no te oigo?.
-Nada mujer,  nada.

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-Brek, será mejor que salga uno de nosotros a dialogar con ellos. Hablan una de las lenguas más primitivas de nuestro Planeta, y guardadas más celosamente por el Directorio. Cada vez estoy más convencido de nuestros lazos con esta raza. También se les tendrá que informar que no se acerquen mucho a la nave, hasta restablecer las fugas.
 
-De acuerdo Zalkor. Me llevaré la pistola paralizante por si tratan de cometer alguna tontería. No causa daño y evita que huyan. A posteriori les informaremos de ello.
-Ves con sumo cuidado. Aunque los veo muy primarios, no debemos fiarnos mucho. Hemos conocido muchas Leyendas de nuestros antepasados, que eran fieros y guerreros.
 
-No te preocupes Zalkor. Voy preparado para cualquier contingencia. Voy a colocarme el traje de supervivencia, no me fío de esta atmósfera tan mediocre...

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Fuè la joven Elena la que se adelantó a Robert, al borde del gran agujero, sin apenas guardar un mínimo cuidado.
-¡Ten mucho cuidado Elenita!. ¿Vete a saber si esos gases que desprende esa gran mole, pueden ser peligrosos?.
-A ti lo que té pasa es que eres un miedica de cojónes. Nunca se ha escrito nada de los cobardes.
-Tampoco han existido los valientes que lo han escrito. Pronosticó Robert, tras alcanzar a la joven.
La pareja se había acercado hasta el mismo borde del cráter producido por el gran impacto de aquel monumental meteorito.
 
-¡Robert!; eso no es un meteorito,  es una nave, y se está abriendo una abertura en la base.
-¡No grites tanto Cuyóns!, que estoy hecho polvo.  Pero no estoy ciego. Esto no me gusta nada, y lo mejor que podríamos hacer, es largarnos lo más aprisa posible de este sitio. No sabemos que clase de criaturas puede tripular esa horrenda maquina.
 
-Creo que tienes mucha razón Robert. Me cuesta decirlo, pero te la doy toda. No me gustaría ser el alimento de ningún animal, por muy inteligentes que sean.
Ambos jóvenes retrocedieron rápidamente del borde del gran cráter. La huida fuè espectacular y tan rápida como les llevaron sus piernas, pero no pudieron llegar a recorrer más de 200 metros. Un rayo venido de las alturas los paralizó. No sentían sus miembros, pero sus cerebros seguían coordinando ideas. Podían ver y oír, pero se encontraban paralizados sin poder moverse. 

Vieron acercarse a aquel monstruo de más de dos metros y medio, con un aspecto terrorífico. Cuando el ser se encontró a menos de 3 metros de ellos, el monstruo con aspecto humanoide, se deshizo de su espeluznante traje en menos de un segundo. Su apariencia cambió totalmente frente a los aterrorizados jóvenes. Aquel horrendo monstruo, se había convertido en un corto tiempo, en un agraciado humano de melena rubia y torso de atleta. Elena quedó gratamente sorprendida de la corpulencia de aquel ser, o mejor, de aquel gigante.

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